Llevaba días y días queriendo hacer una leche merengada con mi Thermomix. Todos los días acabábamos en el super comprando una botella de leche merengada preparada puesto que sabíamos que al final no íbamos a tener tiempo. Cuando por fin tengo una tarde un huequecito para hacerla busco la receta en los cientos de blogs de cocinar con Thermomix que existen y todos los que encuentro tienen un ingrediente que no teníamos en casa: Leche en polvo!! Vamos de urgencia al supermercado de enfrente de casa y no tienen, cosa normal por otro lado puesto que no es muy usual su venta (al menos yo era la primera vez que lo usaba) y es un super pequeñito. Total que el primer intento fue un fracaso. Vamos a comprar unos días despues a un super más grande y por fin nos hacemos con una bolsa de leche en polvo. Por cierto, menudo precio tenía la bolsita de leche en polvo. Aluciné en colores. Esa tarde teníamos reuniones así que, segundo día que nos quedamos sin hacer leche merengada. Finalmente llegamos a una tarde en la que, aunque trabajando, estábamos en casa, no teníamos que salir a reuniones fuera y podíamos ir haciendo preparados mientras trabajamos. Preparamos todos nuestros ingredientes, nos ponemos a seguir las instrucciones de la receta al pie de la letra y DOS FRACASOS, uno detrás de otro. Leíamos los comentarios de la receta y a todo el mundo le salía perfecto y a nosotros dos intentos fallidos. Era la primera vez que nos pasaba con recetas de este tipo y nos estábamos frustrando de más. Al final, como a cabezones no hay quien nos gane pues hicimos una serie de modificaciones a la receta original y un tercer intento. Esta vez el resultado fue genial, la mejor leche merengada que hemos probado en tiempo. No sabemos si el buen resultado se debe a las modificaciones que le hicimos a la receta original o a que las anteriores veces hicimos algo distinto a la receta y no nos dimos cuenta pero al final conseguimos nuestro objetivo: Merendar leche merengada aunque fuera a las 8 de la tarde.